Después de leer el encuentro de soloman con uno de nuestros dioses particulares, acabé pensando que, en mi opinión, pocas veces se puede concretar la obra de un artista en unas cuantas palabras, o incluso en imágenes, sobre todo cuando tienes que hablar de algo tan complejo como es la mente de este tipo... Pero no es el caso. Para mi, el prólogo de su cuarta película es la puerta de entrada a todo un mundo de pesadilla (y no como la de Tim Burton) sin vuelta atrás. Sí, porque después de atravesar ese umbral, ya nada vuelve a ser como antes... Una vez la has visto, la oreja descompuesta y llena de gusanos nos acecha en cada momento y en cualquier lugar, y ningún paraíso está libre de ella.
A qué viene esto? Pues a que últimamente he descubierto lo genial que era Peter Brueghel "El Viejo", pintor flamenco del siglo XVI. Y a que precisamente uno de sus cuadros, "Paisaje invernal con trampa para pájaros", 1565, me recuerda terriblemente a la escena a la que aludo. Si se fijan, la parte izquierda del cuadro recrea una tranquila tarde en un pueblecillo cualquiera, cuyos habitantes se reunen a lo largo del río congelado para jugar y pasear. Pero la oreja, en este caso una trampa para pájaros, ocupa el primer plano a la derecha, con todos los pájaros comiendo felizmente mientras el peligro amenaza sobre sus cabezas...
Así que ya saben, la oreja acecha... Yo, si me disculpan, voy a ver que pasa en mi jardín, que el perro está ladrando mucho...
1 comentario:
Efectivamente, de Blue Velvet, sí señor... Es la cuarta película, no?
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