


Así que, hasta pronto!

Nos habíamos quedado en los orígenes de la eugenesia, con Sir Francis Galton en el viejo continente preocupado porque nadie parecía tomarse en serio sus ideas. Pero cuando estas teorías cruzaron el charco se desarrollaron alarmantemente, sobre todo por la parte de la eugenesia "negativa", cuyo objetivo era la eliminación del material genético "defectuoso". Alexander Graham Bell (el del teléfono) ya había investigado sobre la sordera y, concluyendo que era hereditaria, propuso la prohibición del matrimonio para las personas sordas. Otro famoso implicado fue John Harvey Kellog (el de los cereales), que en 1906 creo la Fundación para la Mejora de la Raza en su balneario de Battle Creek. Películas, sermones en la Iglesia, capítulos enteros dedicados a la eugenesia en los libros de texto, concursos de familias en donde se premiaba a los mejores linajes y exhibiciones en donde se exaltaban los beneficios de los principios eugenésicos y se aterrorizaba a los presentes con las consecuencias desastrosas de la libre reproducción de las clases inferiores ("algunos nacen para ser una carga para el resto" decían...) fueron muy populares en su tiempo. Hasta se daban cursos en universidades tan prestigiosas como Harvard o Columbia, y es que a principios del siglo XX en los Estados Unidos la eugenesia se consideraba una ciencia en toda regla, destinada a salvar a la humanidad de los problemas que le amenazaban (aunque ya veremos a que problema se referían principalmente).Charles H. Davenport, un biólogo americano, empezó a usar las teorías de Mendel que explicaban de manera bastante fiable la herencia del color de ojos, por ejemplo, para aplicarlas a los principios eugenésicos, tratando de justificar de la misma manera la transferencia hereditaria de aspectos como la inteligencia o, en su caso, la vagancia, el alcoholismo o la criminalidad. Apoyado economicamente por la Fundación Rockefeller (que saldrá más veces a lo largo de este artículo) y el instituto Carnegie, en 1910 fundó la Oficina de Archivos Eugenésicos (Eugenics Record Office, ERO), que se ocupó de recoger información sobre los pedigríes de distintas familias, para finalmente demostrar que sí, que los rasgos nobles y los defectuosos se transmitían de generación en generación, tras lo cual varios eugenetistas empezaron a elaborar soluciones tales como la esterilización, la segregación racial o (y aqui llegamos al principal problema del que antes hablábamos) las restricciones a la inmigración. Claro que más tarde se supo que los métodos de investigación y análisis fueron un poco tendenciosos y poco fiables, ya que no es lo mismo hablar del color de ojos o del pelo que de la inteligencia o de la "criminalidad" de una persona, y si a eso sumamos que la información se obtenía a veces de segunda mano o de oídas, que los tests de inteligencia contenían preguntas sobre historia local a las que un inmigrante no tenía ninguna posibilidad de responder, y por último la situación social de la época, pues acabamos obteniendo un informe como el que entregó el psicólogo Henry H. Goddard, con unos resultados un poco escandalosos: el 83% de los Judíos, el 80% de los Húngaros, el 79% de los Italianos y el 87% de los Rusos encuestados eran "débiles mentales".
Todo esto era debido a que a principios del siglo XX llegaban enormes cantidades de inmigrantes europeos a Norteamérica y la eugenesia supuso una excusa perfecta (y "científica") para frenar esta "invasión bárbara", argumentando que la pureza genética nacional se debía mantener alejada de las razas inferiores, principalmente de los que venían del sur y del este de Europa. Gracias a los informes de Harry Laughlin, colega de Davenport, que concluían que los genes americanos estaban siendo contaminados por una creciente masa de inmigrantes intelectual o moralmente reprobables, en 1924 se aprobó en USA el Acta de Restricción a la Inmigración, con la frase del presidente Coolidge "América seguirá siendo americana" por bandera, y se limitó el número de inmigrantes que entraban al país hasta el año 1965 en que se anuló la ley.
Gracias a que esnifo pegamín, he descubierto estas dos webs con hechos constatados de esos dos prohombres de la historia: Steven Seagal y Chuck Norris. Aqui tienen algunos de mis favoritos. Mañana más.
- La coleta de Steven Seagal es más dura que el pene erecto de Chuck Norris.
- Si sabe a pollo, tiene la forma de pollo y parece pollo, pero Steven Seagal dice que es vaca, entonces es vaca.
- Steven Seagal murió hace 10 años, pero la muerte no se atreve a decírselo.
- Cuando Steven Seagal mea contra el viento, el viento cambia de dirección.
- Que fue primero, el huevo o la gallina? Steven Seagal.
- Steven Seagal no caga, es la comida que trata de escapar.
- Una vez alguien llamó Stevie a Steven Seagal. UNA vez.
- Steven Seagal va a todos los funerales, tan sólo para asegurarse de que no tiene que rematar el trabajo.
- La mayoría de la gente tiene 23 pares de cromosomas. Chuck Norris tiene 72... y son todos venenosos.
- Si le preguntas la hora a Chuck Norris, te dirá "Dos segundos para..." Cuando preguntas "Para qué?" te suelta una patada en la cara.
- Chuck Norris puede ganar al Conecta 4 en sólo 3 jugadas.
- Chuck Norris puede dividir por cero.
- Chuck Norris tiene dos velocidades: caminar y... matar!
- Chuck Norris no se ducha, tan sólo toma baños de sangre.
- Cuando Chuck Norris habla, todo el mundo escucha. Y muere.
- Chuck Norris inventó el negro. De hecho, él inventó todo el espectro de luz visible. Menos el rosa. Tom Cruise inventó el rosa.
- Chuck Norris jugó una vez a la ruleta rusa con un arma completamente cargada y ganó.
- Si, por alguna especie de increíble paradoja espacio-temporal, Chuck Norris llegase a luchar consigo mismo, ganaría él. Punto.
- Chuck Norris no se peina. El pelo se queda quieto de lo acojonado que está.
- Segun la teoría de la relatividad, Chuck Norris puede pegarte una patada ayer.
PD: si son impacientes pueden encontrar más en:
chuck norris
steven seagal