martes, 19 de diciembre de 2006

...modernos, no heavies de verdad

Leyendo un blog por ahí descubro un post con una serie de tribus urbanas a las que el autor no tiene demasiada simpatía, entre ellos los heavies. Pues bien, que conste que no me gusta meterme con nadie, pero es que entre los comentarios vi algo que... no sé... lean y juzguen:
*** said...

Heavy: Cuando ese estilo estaba de moda lo odiaba con toda mi alma. Ahora que es moderno llevar pitillos y alguna camiseta de Iron Maiden o AC/DC me puede dar cierto morbillo, pero siempre y cuando los que la llevan sean modernos, no heavies de verdad.
No puedo con esto. Hace poco Pussy resumía algo parecido con esta frase:
-Me gusta el reggae.
-A sí?-pregunta Pussy interesada-el qué?
-Bob Marley.

En este punto, Pussy pierde todo el respeto y comienza a hablar de la diversidad animal en los Cárpatos. Vamos a ver. Una cosa es que te guste el reggae, otra muy distinta es que te guste el Marley, que no es por quitarle mérito, pero ese dato me dice de la persona en cuestión que es un vago, un holgazán y un desinteresado.
Y es que en este caso, pues sí, el tío no comprende que hay un mundo muy interesante más atrás de una simple fachada mainstream y entonces pasamos al tío que dice gustarle el heavy porque escucha Evanescence (aunque, ejem... la calidad de éstos últimos no le llegan ni a la altura del dedo gordo del pie de Bob Marley) Pero al señor del comentario de arriba ya no le importa nada, directamente coge un símbolo con mucho significado y valor para muchas personas, lo vacía totalmente de contenido apropiándose de él (... porque es moderno!!) siempre y cuando no se vuelva a asociar a los que, en un principio, defendían y realmente estaban interesados por él (véase Iron Maiden o AC/DC, cosas que antes detestaba!!!)

jordan punk
Algo parecido a lo que quiero decir: Jordan punk
.

No es por meterme con los modernos, porque en todas partes hay gente tan superficial como esta. De hecho, eurocero me ha demostrado que la frase "hay que ser absolutamente moderno" se puede llevar con mucho orgullo (aunque yo no me considere una persona moderna para nada) y de una manera inteligente y muy respetable (y respetuosa). Pero alguien que se fija simplemente en las tendencias, adorándolas con pasión durante un tiempo y descartándolas cuando están demodé, no tiene nombre. Siempre me han sorprendido mucho las personas que en su adolescencia eran heavies o raperos (por ejemplo) y ahora reniegan de su pasado intentando ocultarlo a toda costa. Quiere decir eso que no te sigue emocionando un buen riff de Black Sabbath, o una buena canción contestataria de Public Enemy? A mi sí, y siempre lo harán!!!

Y si alguna vez, por alguna extraña casualidad, el autor de ese comentario lee esto, que me perdone, tan sólo es una opinión de alguien que no está de acuerdo con él. Y es que... yo sólo pido un poco de alma, por favor!!!

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Huy, que interesante.

Antes de nada, quiero "romper una lanza" (odiosa expresión) por los autores tanto de la entrada como del comentario en cuestión, porque casualmente los conozco personalmente, aunque no desde hace mucho. En fin, no quiero ponerme con que "son unas personas excelentes" (que lo son), pero te aseguro que distan mucho de ser unas personas frívolas y tampoco son especialmente sospechosas de ser demasiado "modernos".

Sucede que podríamos recurrir a eso, tan habitual últimamente, que es la descontextualización. A un comentario trivial pueden dársele ínfulas de transcendentalidad si nos lo proponemos. Pero nadie está libre de pecado en este caso, todo el mundo hace comentarios frívolos y jocosos acerca de los demás, especialmente de los que son diferentes a nosotros, sin que ello signifique más que lo que es: un comentario frívolo y jocoso. Y, desde luego, no es lo mismo hacerlo en petit comité que expresarlo abiertamente. Hay algunos blogs que no son más que eso (y al mismo tiempo son todo eso): una reunión de amigos en torno a una mesa charlando sobre asuntos varios. Pero internet magnifica todo, y de repente puedes tener a diez desconocidos sentados a la misma mesa entrando a un debate al que en principio tampoco estaban invitados. Muchas veces me sorprende que entre gente a mi blog a rebatir enfervorizadamente mis opiniones o directamente a insultarme simplemente porque ha llegado aleatoriamente a un sitio en el que se expone una opinión contraria a la suya.

Me estoy yendo por las ramas. Por supuesto que hay mucha superficialidad, pero tampoco hay que darle una importancia exagerada. Prejuicios los tiene todo el mundo y los hay para todos los gustos. A ti te parece que yo llevo lo de "Hay que ser absolutamente moderno" (que es de Rimbaud, por cierto) con "orgullo" y "de una manera inteligente y muy respetable (y respetuosa)", pero quien entre a mi página sin saber nada acerca de mí, y lea el lema, probablemente tenga desde ese mismo momento prejuicios hacia mí si es que los tiene hacia los "modernos". Porque hay gente que considera a los "modernos" como esos seres de pinta estrafalaria esclavos de los dictados de la moda y que hacen de ello el centro de su vida. Y en algunos casos es así, pero, evidentemente, no siempre lo es. Yo ya dije en su día el por qué me considero "absolutamente moderno": "me considero una persona moderna en cuanto interesada por los avances tecnológicos, por todas las manifestaciones artísticas y culturales del momento en el que vivo (más que por las pretéritas) y porque considero que tengo una idelogía progresista. [...] Odio el 'cualquier tiempo pasado fue mejor', y el oír a la gente criticar exactamente, letra por letra, las mismas cosas que criticaban las generaciones de nuestros padres y nuestros abuelos mientras piensan que están adoptando un discurso completamente novedoso, me parece patético".

Y por cierto, yo cuando era adolescente era más bien pijo (al menos vistiendo, el dinero no acompañaba). No es que reniegue de ello, pero sí considero que estaba equivocado. Quizá con otro tipo de influencias o de vivencias habría sido de otra forma. Como me considero un ser en constante evolución, defiendo mi derecho a rectificar, a cambiar de opinión y a adoptar como mío aquello que en cada momento considero oportuno y/o atractivo (sí, incluidas las efímeras modas).

Y no me extiendo más, aunque el tema da para mucho, que ya he llegado con creces al punto en el que tengo que finalizar disculpándome por la chapa. Saludos.

miultimodia dijo...

Es curioso que menciones lo de la descontextualización, porque eso es precisamente lo que hace el autor de ese comentario con un símbolo...

Pero yendo al meollo, tienes razón en lo de que no es más que un comentario sin importancia, yo a veces también digo cosas que podrían molestar a los demás, en ocasiones sin pretender que se me tome en serio (para nada), y otras en las que totalmente quiero decir lo que quiero decir (prejuicios los tenemos todos). Pero precisamente, Internet, por ser un punto de encuentro global y en el que cualquiera puede sentarse a tu mesa, te da la oportunidad de leer los comentarios de alguien a quien no conoces. Para bien o para mal, también proporciona una herramienta de discusión (como este post) en el que se debate algo con lo que estás o no estás de acuerdo.

Y, seguramente, si tu dices que no son unas personas frívolas, pues no lo serán, pero, sinceramente, ese comentario me parece totalmente desafortunado y, para algunas personas como yo, muy hiriente. No digo yo que lo mejor sería usar un lenguaje políticamente correcto ni de que te autocensures al expresar una opinión (nada más lejos de mi intención), pero sí que creo que tienes que tener en cuenta que en cuanto escribes algo en un blog puedes molestar (o no) a otra persona que por casualidad lo acabe leyendo. Y eso es lo bonito y lo interesante de Internet (y de los blogs en particular): que puedes encontrarte multitud de ideas diferentes... y a la vez tienes la oportunidad de rebatirlas!!!

Mira, hablando un poco mal, si el que dijese eso fuese amigo mío (que podría serlo) o le diría que es tonto y pasaría de él o nos pondríamos a discutir sobre ello (que es lo que he hecho yo en este caso, aunque quizá debería avisarle para que me de su opinión y que tenga oportunidad de réplica, tu que piensas?) Y al final... tan amigos! O a lo mejor acabamos tirándonos cosas a la cabeza, quién sabe.

Respecto a lo de ser pijo, yo me refería en concreto a otro tipo de cosas un poco más... espirituales. Yo también soy una persona en constante evolución (por lo menos quiero pensar que así es) y hay algunas cosas de mi pasado de las que no me siento muy orgulloso. Pero si me quieres decir que renegar de lo que te ha gustado en un momento dado porque simplemente ha pasado de moda es lo mismo, no puedo darte la razón. Puedo comprender que te apuntes a algo porque está de actualidad, yo mismo lo hago a veces y eso te da la oportunidad de descubrir cosas muy interesantes. Pero que fluyas con las "tendencias" y de repente pienses que lo que antes odiabas, adora te gusta muchísimo porque está de moda... ni de coña.

Además, y ya fijándome más en este caso concreto, odiaría encontrarme a alguien llevando una camiseta de un grupo del que no conoce ni el nombre de un disco suyo, me parece el colmo de la superficialidad. Prefiero conocer a alguien con el que no coincido en gustos para nada pero que por lo menos habla de lo que le agrada con pasión (que es de lo que vivimos, en definitiva) a conocer a una persona frívola que sólo conoce los grupos del "momento", y que reniega de los del año pasado porque ya están "acabados".

Bueno, y voy a ir parando porque ya está bien... Saludos, y gracias por comentar. Y por cierto, feliz Navidad.

Anónimo dijo...

Se me olvidó decir que el autor de la entrada en cuestión (que no del comentario) publicó poco después una rectificación, lo cual creo que también le honra.

Por lo demás, siento que suene a vil excusa, pero acabo de llegar a Galicia y no voy a tener tiempo de momento de seguir con este, por otra parte, interesantísimo debate.

Mañana salgo en Santiago. Si estás por ahí igual nos vemos y todo.

Saludos y feliz navidad.

Anónimo dijo...

Muy buen post.

Anónimo dijo...

Buen comienzo